en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

jueves, 6 de agosto de 2020

Los portavoces de PP y PNV se acercan al Borbón caído en tiempo de ocupación de poltronas.

Nunca me han parecido buenos políticos los que nos han demostrado que su vida depende del partido político al que pertenecen por no tener otra profesión que ejercer si se atreviesen a no secundar las diferentes directrices en el tiempo de las direcciones de sus partidos.

Y una vez más, aumentando su desafortunados récords, tenemos, por un lado, a Joseba Egibar, que lleva nada menos que 34 años en la Cámara vasca, como portavoz del partido mostrando que vale tanto para un roto, portavoz de Ibarretxe con sus "aires soberanistas", como para un descosido, como portavoz del partido de un Urkullu calmado y que recoge conscientemente la mitad de los votos del PP de hace una década. Si eso le sirve para no bajarse del escaño, todo sea por la patria, por su partido y su vida laboral. No se puede morder la mano que te da de comer.

Por otro lado, y en condiciones similares, el popular Carmelo Barrio, que también asumirá las labores de portavocía de la nueva coalición integrada por PP y Ciudadanos. Tristes records de gente que no puede ser de fiar.

Ambos políticos han demostrado que son portavoces de lo que en cada momento les toca decir, estén de acuerdo o no, y en tanto tiempo, y con tanta evolución política, alguna colección de sapos habrán tenido que tragar. Pero Euskadi, la patria y el bolsillo bien lo merecen.

Luego nos quejamos de que otros han ocupado casi cuarenta años jefaturas de Estado. Estos dos parece que se han confabulado para batir el récord borbónico.