“La vida es como una carrera, la recompensa no está en la meta, sino en cada uno de los metros del camino”.

lunes, 18 de marzo de 2024

La política española ha vuelto a implosionar
y esta vez ha sido por un casino.


Pere Aragonès y Salvador Illa tras firmar el acuerdo sobre los presupuestos de la Generalitat,
a 27 de febrero de 2024, en Barcelona.- EP

blogs.publico.es/otrasmiradas//todo-por-un-casino/

 Eso sí, no por uno cualquiera: se trata del casino más grande de Europa, se trataba de convertir o no a Tarragona en Las Vegas europea.

Ése ha sido el escollo que ha tirado por tierra los presupuestos catalanes precipitando su convocatoria electoral al 12 de mayo y paralizando la política nacional, incluidos sus presupuestos, hasta que pase la contienda.  

U
n macroproyecto como Marina D'or –y que Marina D'or me perdone– más lo enfermizo y la delincuencia que el juego conlleva. La idea original fue de Artur Mas y era todavía más gigantesca. Entonces, en 2014,  para hacerlo posible, aprobó que la fiscalidad del juego presencial en Catalunya pasara del 55 al 10%, como solo ocurre en Macao y en Singapur, paraísos fiscales del juego. ERC votó entonces en contra de la modificación de la fiscalidad del juego.

 Hoy estaba dispuesta a comérsela porque el juego cambia cuando es uno el que gobierna y más si lo hace en minoría.