Es lamentable ver cómo los populares (PP) no han sabido distanciarse de su antiguo socio, en parte porque no quieren dejar un flanco muy sensible para el electorado más conservador, pero también por su obsesión de derribar al Ejecutivo de Pedro Sánchez, aunque en el empeño perjudique a una comunidad, Canarias, de cuyo Gobierno forman parte. Esperpéntico.
Cada vez que Feijóo intenta moverse hacia el centro, Abascal lo frena en seco.
Cada vez que afirma no aceptar chantajes de nadie, se dispone a pagar el precio de necesitar a Vox para gobernar en muchas autonomías.
El PSOE, entre tanto, paga su propio precio cada vez que lleva medidas legislativas al Congreso confiando en una mayoría líquida que no ha dejado de darle sustos.
El resultado es cierta parálisis en temas medulares como la inmigración, en el que hay autonomías muy tensionadas —con gobiernos, además, apoyados por el PP— que necesitan un acuerdo cuanto antes.
Mientras Feijóo se sienta agarrado de los huevos por VOX
cualquier solución de Estado resulta muy complicada.
Cada vez que afirma no aceptar chantajes de nadie, se dispone a pagar el precio de necesitar a Vox para gobernar en muchas autonomías.
El PSOE, entre tanto, paga su propio precio cada vez que lleva medidas legislativas al Congreso confiando en una mayoría líquida que no ha dejado de darle sustos.
El resultado es cierta parálisis en temas medulares como la inmigración, en el que hay autonomías muy tensionadas —con gobiernos, además, apoyados por el PP— que necesitan un acuerdo cuanto antes.
Mientras Feijóo se sienta agarrado de los huevos por VOX
cualquier solución de Estado resulta muy complicada.