Maribel Vilaplana, la periodista con la que Carlos Mazón pasó horas desaparecido el día de la DANA, no ha sido entrevistada por nadie.
Su versión, sobre cómo él no mostró la más mínima preocupación mientras la tragedia se desataba, nos llega solo a través de una “fuente autorizada”.
Y la sorpresa es que, en vez de estar en el centro de la noticia, ella permanece en las sombras, como si no tuviera nada que aportar.
¿En serio no es de interés lo que esa periodista podría contar sobre lo que ocurrió esa tarde? O tal vez la verdad no conviene sacarla a la luz.
¿Para qué investigar demasiado cuando se puede seguir el guion de la inacción?
Llamarme loco, pero me huele muy raro está deliberada falta de interés mediático en esta señora.
Lo curioso es que no tenga a la prensa haciendo guardia, buscando declaraciones. Imagino esas redacciones que en su día vieron una gran idea acosar al padre de Errejón con un micrófono y, sin embargo, deciden ahora que no es necesario incomodar a la protagonista directa de una historia de enorme interés.