No hay peor asesor personal de cara a la toma de decisiones que el odio, la rabia y/o el rencor. Intentar reconvertir todas esas sensaciones, que a una persona la pueden mantener obnubilado temporalmente, en decisiones de carácter político o sindical llevan, en la mayoría de los casos, a situaciones kazkianas que, probablemente, en ningún caso terminan arribando a buen puerto.
Acudir a una reunión de otros haciendo sonar insistentemente un "pito" con el objetivo simple y probablemente un poco malintencionado de molestar e intentar evitar que otros dialoguen y se entiendan, o poner fotos de terceros, con o sin textos mas o menos ingeniosos, en corchos, carteles, revistas, webs y/o lugares públicos en general, con el único fin de desgastarlos socialmente, pocos pueden considerarlas acciones positivas encaminadas a objetivos positivos.
Pero, en fin, allá cada uno.
Como decía en otros tiempos, probablemente mejores que el actual, apostar por el dialogo, el acuerdo y el buen rollito, a la larga, suele ser mucho mas rentable.