Josu Montalban ha escrito en el DEIA un recomendable artículo con el mismo título que el de este post, y del cual recojo dos párrafos con los cuales comulgo plenamente :
Lo que importa es, solamente, que tenga sentido común y sepa que un Ayuntamiento es un edificio sagrado que no debe ser profanado ni por caciques, ni por pillos, ni por salteadores, ni por proveedores de prebendas, ni por ladrones, ni por pusilánimes ante el latrocinio, ni por embaucadores, ni por agentes económicos de opulentos especuladores. Lo que importa es que los ciudadanos busquen con la mirada limpia, tan sólo influida por la ideología política de cada uno, que no tiene por qué coincidir exactamente con la de un partido político concreto. Por eso, se requiere una búsqueda responsable, desprovista de toda intencionalidad perversa, sin otro interés que el que dicte la recta conciencia
Se busca, por tanto, una persona con sentido común, a poder ser con una ideología que pueda ser explicada. Porque el resto lo pone el propio aparato administrativo del Ayuntamiento, las leyes y los profesionales. Frente a las palabras retóricas y farragosas, mejor las imágenes. Frente a las imágenes mudas y engañosas, mejor las voces. Esta campaña hecha con tanta palabra hueca y tanta imagen deslumbrante, no parece que sea la más indicada para revitalizar la democracia herida por la corrupción y el miedo infligido a la ciudadanía desde algunas opciones políticas de forma interesada.