Parece ser que hoy, en el Pleno municipal del Ayuntamiento, se debatirá entre las fuerzas políticas sobre qué hacer a partir del próximo año con la tan traída y llevada "OTA de Sopelana".
Como miembro del equipo de Gobierno que puso en marcha la cuestionada iniciativa diré una vez más, en público y en privado, que en mi opinión, la medida que se tomó en la primavera del 2005, vista con la distancia que da el tiempo, sinceramente, fue acertada y necesaria.
Dicho esto, también tengo que reconocer que las formas que se emplearon para implantarla y los escasos márgenes de tiempo que se dieron desde el aviso hasta su inicio fueron manifiestamente mejorables, si bien los plazos en los que nos movíamos nos venían pre establecidos.
Y ahora, dos años largos después de aquel comienzo, aunque no nos acordemos bien de cómo estaba la situación entonces, cualquiera que quiera puede aparcar en el centro del pueblo desde la modesta cantidad de unos pocos céntimos, los coches abandonados han desaparecido de esta zona y los vecinos y vecinas del municipio que pagan su impuesto de circulación en Sopelana, por veintipocos euros al año, si, al año, pueden aparcar en cualquier sitio, incluída playa en verano, durante los 365 días.
Es cierto que entre las labores de la oposición están las de cuestionar las decisiones del ejecutivo, y entiendo que en este tema encontraron un buen filón, y que rápidamente se posicionaron radicalmente en contra de la medida.
Hoy en día, transcurridos seis meses tras las elecciones de mayo, y con un abanico de siete fuerzas políticas, en las que "las fuerzas del NO", en una presumible votación, ganarían por goleada, y donde la fuerza política que lo propuso no se ha vuelto a manifestar oficialmente públicamente a favor, la OTA sigue funcionando en el municipio, si bien su futuro es más que dudoso.
Yo creo que deshacer algo que ha costado tanto montar sería un error grave. Se puede replantear su implantación en algunas zonas, quitar de aquí y poner allí, ampliar plazos de tiempo sin cobro, reducir el costo que ya es casi simbólico si lo comparamos con zonas cercanas, se pueden aplicar nuevas ideas y eliminar las que no hayan funcionado tal como se esperaba, pero el mantenimiento de una regulación de las plazas de aparcamiento público en las zonas más afectadas del municipio, por ejemplo: playas y centro, me parecería, cuando menos, un grave error.
Pronto saldremos de dudas.