El 20 de marzo de 2003 se inició la invasión de Irak. La campaña militar, bautizada como Operación Libertad, iba a durar apenas tres semanas.
El tratamiento inhumano, humillante y vejatorio al que han sido sometidos los prisioneros iraquies en particular y toda la ciudadanía de aquel país en general se suman a la lista de crímenes que día a día cometen las fuerzas ocupantes, y si a todo ello añadimos el incumplimiento sistemático de los acuerdos y tratados internacionales así como la instalación de diferentes centros de detención donde no tienen por qué cumplirse los DD.HH. para con la población detenida, nos lleva una vez mas a la condena mas firme y rotunda.
El millón de personas muertas; un país sumido en una guerra civil no declarada; una nueva carrera armamentística en todo el mundo; con una factura de guerra alcanza ya los 3 billones de dólares, cuyos efectos colaterales son la generación de más desigualdades sociales en Estado Unidos.
Esta es la ‘misión cumplida‘ de Bush y de los que le apoyaron.