Cuesta creer que haya gente que no quiera ver el abismo que media entre el respeto a las ideas de los demás, el respeto a los derechos humanos, a la democracia, lo que conlleva logicamente el desprecio a la dictadura de las bombas, y las acciones de la organización terrorista basadas en el tiro en la nuca y las bombas.
Ningún demócrata puede coincidir con ellos ni en los fines ni en los medios. Y los que así lo hagan, malditos sean.
Mi solidaridad con Calahorra y todas las victimas.