El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

martes, 6 de enero de 2009

Hamas e Israel. Estrategias suicidas y correlación de fuerzas.

Imaginense ustedes la escena. Un niño de diez años y el pugil de lucha libre de aspecto mas salvaje que podais imaginar solos frente a frente en un ring. El adulto le advierte al niño que como me toques te arreo. El niño le toca y él le lanza un tortazo que lo traslada varios metros. Se levanta y le vuelve a tocar. Plastazo. Se levanta y le vuelve a tocar. Puñetazo. Trasladar la escena a Oriente Medio. ¿Os suena?

Pero el tema no es tan sencillo de evaluar. Por eso lanzo aquí tres consideraciones:

* La primera que voy a realizar se refiere al tratamiento que los medios de comunicación estan dando al tema. Un tratamiento claramente parcial y escaso, muy escaso, de matices. No se trata de defender las razones de uno ni de otro. Las razones, como siempre, están muy repartidas. Pero tomar partido por cualquiera de los dos bandos me resulta especialmente dificil cuando lo que veo por ambos lados es una falta clamorasa de interés por la defensa de los derechos humanos y una confianza ciega y ridícula en la creencia de la resolución del conflicto a través de la violencia.

* La segunda la traslado desde el post de Imanol Lizarralde en Aberriberri bloga. Los medios de comunicación soslayan, ocultan o minimizan, el hecho de que Hamás (que ganó las elecciones palestinas) había roto una tregua de seis meses y que sus militantes lanzaban bombas sobre los civiles israelíes desde las azoteas de sus casas familiares. La acción de Israel es respuesta a un hostigamiento constante por parte de los militantes islamistas, que son perfectamente conscientes de las consecuencias que pueden acarrear sus acciones.

¿Qué podemos decir de aquellos que disponen sus bazokas y sus cañones en orfelinatos, hospitales y casas familiares? La respuesta del estado de Israel, con todas las graves consecuencias que acarrea, es coherente con la respuesta de cualquier estado frente a una provocación de tal calibre: ¿qué harían Francia, Inglaterra u otros países si un país vecino le lanzara continuamente misiles contra la su población civil? Cuando en una guerra el contrario es capaz de martirizar a su propio pueblo, como es el caso de Hamás (Ver vídeo) respecto a los palestinos, aludir a la reacción enemiga cuando se lanzan misiles contra su población civil es cerrar los ojos ante la naturaleza de este conflicto.

* La tercera la traslado del blog de Thooby. El actual momento del conflicto palestino israelí permite ilustrar estos razonamientos. Es David frente a Goliath. Un Goliath que poco más de 60 años atrás era un David torturado y masacrado por el Goliath nazi. Ahora el Goliath israelí está abusando y de que manera. Se está saltando cualquier regla de proporción y está llevando una acción bélica con un irrespeto total hacia las vidas de los no combatientes. Siguen  la regla de la guerra moderna de minimizar las propias bajas, aunque sea a costa de matar a centenares de civiles. 

Por desgracia el nuevo presidente de los Estados Unidos parece que no está muy dispuesto a parar los pies a los israelíes y estos no parece que tengan mucha intención de escuchar las voces europeas que les parecen "debiles". Y la nota esperpéntica, como ya nos tiene habituados, la pone la ONU, mostrándonos, una vez más, su incapacidad e inoperancia, fruto de su actual configuración, que ha rematado con la guinda de la petición de garantizar el derecho de toda persona que huye de una guerra a buscar seguridad en otro país. ¡Es todo lo que puede hacer!

Todo esto no quita para considerar a los actuales David como un dechado de virtudes ¡De eso nada! 
-¿Qué harían los de Hamas si tuvieran unas cuantas bombas atómicas? 
-Ya, pero el asunto es que no las tienen y ahora hay que impedir que los sigan matando de forma inicua.

Hoy ésta es la cuestión principal. Hay que parar esta masacre. Volviendo al ejemplo del inicio, tanto el niño como el pugil estan "tocados", pero la comunidad no debe ni puede permitir semejante espectáculo.