El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

martes, 20 de enero de 2009

Hoy nace una esperanza.

El mero hecho de que en Facebook el grupo de personas que se hayan apuntado a "Bush´s Last Day in Office " sea de mas de 786.000 invitados confirmados nos da la idea del enorme deseo que circula por el planeta de que se produzca el ya tan esperado momento de cambio en la Casa Blanca.

Son muchas las razones. Hoy, en el día D, voy a apuntar una que ya señaló Josu Jon Imaz el domingo: La cooperación transatlántica.

¿Se han fijado ustedes que en muchos de los nuevos mapas mundi el Atlántico aparece en un extremo y que nosotros casi nos caemos por la esquina de la hoja? Es el símbolo de un mundo centrado en el Pacífico, en el que Europa es cada vez más irrelevante, y nosotros cada vez más periféricos en la propia Europa. 

La recuperación con la Administración Obama de la alianza entre Europa y Estados Unidos puede volver a hacer de la relación atlántica un eje importante en el liderazgo global y la estabilidad mundial. Eso no es baladí para la seguridad y convivencia en Europa, ni tampoco en términos económicos para los que podemos ganar en centralidad, en la medida en la que ese Atlántico que nos baña pueda ser centro estratégico y se aleje de la periferia que la persigue hasta en los mapas. 

La ruptura de complicidades durante los mandatos de Bush ha debilitado el liderazgo de Occidente en el mundo. Y el reforzamiento con Obama de la alianza entre Europa y EE UU puede cambiar no sólo sus relaciones, sino también, y de manera fundamental, las relaciones con Rusia y China. En definitiva, la gobernanza mundial.