El Putin ruso no es comunista ni por asomo, y la América grande de Trump no es tampoco aquel país de las libertades del que tanto presumían.
Va camino de convertirse en una autocracia que impone la voluntad del presidente sobre todo, incluso sobre la justicia.
Ambos, Putin y Trump, son grandes colegas desde hace años, como hemos repetido algunos reiteradamente.
Y sus intereses no se dirigen prioritariamente al bienestar de sus ciudadanos.

jueves, 22 de enero de 2009

¡Ojalá Ziarreta, por una vez, tuvieses razón!

Y, sin que sirva de precedente, tengo que reconocer que tras sus palabras de ayer, deseé que lo que decía, se cumpliese.

Se ha mostrado convencido de que el dos de marzo habrá un acuerdo entre PNV y PSE-EE. Pues eso, ¡ojala! Y a ver si entre los dos grandes se ponen las bases solidas para aguantar la galerna de la crisis y salir airosos de la misma.

Él a lo suyo: "soberanismo" de boquilla, que farda mucho entre su audiencia, pero que se queda en eso. En bla, bla bla ...

Lo suyo es de "eutanasia política pura y dura".