... y han conseguido bajarles los humos a la últimamente demasiado chulesca selección española. La selección que hizo aflorar el nacionalismo español más oculto y aletargado, y que permitió demostrar que aquellos que clamaban, e incluso ladraban, contra los nacionalismos mas templados intentando ridiculizarlos, solo necesitaron unos golitos de "su roja" para pasar de odiar el nacionalismo en general a presumir de su nacionalismo en particular.
Pues "esa roja", hoy ha caído bien caído ante un equipazo al que los tertulianos, aun perdiendo, siguen considerándola inferior a la de ellos. En fin, que si el efecto Obama, aunque sea en el fútbol, sirve para relajar nacionalismos excesivamente radicalizados, bienvenido sea.