La banda de música "Uribe Bazterra" que actuaba, ensayaba y tenía como sede oficial el municipio de Sopelana, y que surgió, se desarrolló y la semana pasada, murió también en el municipio, ha publicado una pagina donde cuenta, desde su punto de vista, la historia de la misma y, como se me nombra en ella, me siento con "el derecho" de matizar algunas cosas.
Ciertamente surgió de la mano del actual alcalde quien, sin tener en cuenta los enormes gastos que conlleva el mantenimiento en condiciones de una entidad de ese calibre, la intentó crear a su gusto, siendo la historia de la misma la historia del recorrido a su mano, la levantó, la paseó, y cuando consideró, la soltó, y se cayó.
Mi única intervención en la misma fue cuando, hará tres años, me reuní con ellos para, precisamente, recordarles que estaban funcionando de una manera excesivamente dependiente de una persona, lo cual hacía unir el futuro de una entidad con el de un sujeto. Peligroso, innecesario entonces y, como ahora hemos visto, penoso.
Sopelana no tenía, ni al día de hoy tiene, entidad para soportar los gastos de una banda. Solo las actuaciones personalistas de un "uno poco dado a tomar decisiones en equipo" podían crearla como la crearon. Ahora bien, si una vez creada, se hubiese abierto a otros municipios de la comarca en vez de mantenerla como juguete personal e intransferible hubiese visto una salida digna al futuro de la misma.
Si a todo ello, añadimos el cruce de otros intereses no siempre explicitados de otras personas, ha llevado a la banda a un final no por esperado, menos lamentable.
