Es especialista en contar mentiras en sus apariciones públicas, gusta de contar chistes vulgares y presumir de ser el típico macho super macho. Presume de tener relaciones con mujeres que le aguantan a cambio de dinero, y acostumbra a disponer de ellas en sus listas electorales como floreros y atractivos electorales no precisamente por su capacidad intelectual, Se vanagloria de ser el dueño de todos los medios importantes de comunicación del Estado que ha conseguido controlar, insulta y desprecia a todo aquel que le molesta en su camino al poder absoluto, se ríe de la justicia de su país disponiendo de una inmunidad ante la Justicia que le ha permitido superar acusaciones firmemente fundadas que en cualquier país democrático finalizaría con su s huesos en la cárcel, y en definitiva se ha ganado el triste honor de ser el deplorable protagonista de una Italia que ha perdido el respeto internacional y que internamente vive una grave crisis social.
Condenando el hecho violento de antemano, cabe destacar la sorpresa que produce el hecho de que el protagonista se sorprenda de que haya gente que, por lo menos, no simpatice con sus actuaciones y, lamentablemente, se le haya ido la mano.