Contaba la prensa de ayer que el PNV insiste en la necesidad de alcanzar un «diagnóstico compartido» por todos los partidos democráticos vascos sobre cómo «construir el final de la violencia», más allá de la condena expresa de ETA y su hipotético abandono de las armas y que, de hecho, ya ha empezado a adelantar trabajo por su cuenta. Sin duda una buena noticia.
Ahora bien, creo que convendría culminar la propuesta con un claro mensaje de que el único objetivo de toda esta historia es que ETA desaparezca de nuestras vidas, que nos deje en Paz, sin que tenga que mediar nada a cambio, sin que haya que hacer nada especial el día después, sin mediatizar las políticas posteriores de ninguno de los actuales partidos democráticos vascos y dejando clara y rotundamente asentada la propuesta, de manera que no permita que nadie desde dentro o desde fuera, como pudo suceder no hace tanto, pueda interferir, mediatizar o boicotear la propuesta.