Porque en el solsticio de diciembre (invierno en el hemisferio norte), celebramos el regreso del Sol, en especial en las culturas romana y celta. Y es a partir de esta fecha cuando los días empiezan a alargarse, y esto lo asociamos a un triunfo del Sol sobre las tinieblas, y lo celebramos, como nuestros antepasados, encendiendo fuegos y luces.
En estos últimos siglos de humanidad, la Iglesia Católica ha decidido situar en una fecha cercana al mismo, el 25 de diciembre, la Natividad de Jesucristo, dándole el mismo carácter simbólico de renacer de la esperanza y la luz en el mundo y tratando así, como casi siempre, de solapar al mismo tiempo la festividad pagana previa y quedarse como inventores de la idea. ¡Tramposillos que son!
Superada esa fase, y volviendo a los orígenes mas ancestrales, celebro el comienzo de la victoria de la luz sobre las tinieblas, de las soluciones ante los problemas, de los acuerdos sobre los enfrentamientos, de la paz que beneficia a los débiles frente a la guerra que enriquece a los poderosos, y en definitiva de todo eso que nos va a permitir ser mas optimistas ante la vida y los problemas que nos circundan que el pesimismo que nos trae el monocolorismo, la violencia, los frentismos, el egoísmo y la sinrazón.
Superada esa fase, y volviendo a los orígenes mas ancestrales, celebro el comienzo de la victoria de la luz sobre las tinieblas, de las soluciones ante los problemas, de los acuerdos sobre los enfrentamientos, de la paz que beneficia a los débiles frente a la guerra que enriquece a los poderosos, y en definitiva de todo eso que nos va a permitir ser mas optimistas ante la vida y los problemas que nos circundan que el pesimismo que nos trae el monocolorismo, la violencia, los frentismos, el egoísmo y la sinrazón.
Todo esto os lo deseaba hace un año y decía que algo de todo eso esperaba poder apreciar a lo largo de este año que ya se acaba. Cualquiera que me siga a media distancia ha podido deducir que no ha sido así. Pero, ¡en fin!, uno no desespera y mantiene la confianza en la gente, aunque no en todo el mundo, y confía en que al final las cosas saldrán razonablemente bien. Aunque eso sí, pasito a pasito.
He aquí un ejemplo de pasito:
La vinculación de las celebraciones con las ceremonias religiosas está rota y más de un 70% de la población no asiste a ninguna ceremonia religiosa relacionada con la Navidad durante estas fechas. Encuesta recogida de "publico.es".