Comenta Mikel Garcia Maiza en el blog de Aberriberri que en Euskadi, ocurre prácticamente lo mismo que en Cataluña, que entre la población no existen tantas diferencias como los partidos políticos con sus mensajes de confrontación nos quieren trasladar, basta que un partido “blanco” haga una propuesta para que los partidos “negros” declaren barbaridades de dicha propuesta, y a la inversa sucede otro tanto de los mismo, basta que un líder “negro” haga una propuesta para que los partidos “blancos” hablen totalmente en contra de la misma. Pero no realizando una valoración cuantitativa o cualitativa o incluso de oportunidad, sino en términos de: propuesta mala para el País, mala para los vascos etc.
El nacionalismo institucional tiene que realizar una gran reflexión y determinar si quiere enquistarse en el discurso del “blanco” y el “negro” o por el contrario quiere liderar una Euskadi que por mucho que se empeñen tanto los nacionalistas como los no nacionalistas no es ni “blanca” ni “negra” es, al igual que la catalana, de color “gris”.
Pero para mí, el domingo, ese gris en Catalunya perdió intensidad. Porque aunque el desarrollo de los multiples referendums se hizo de manera exquisita, lo de menos fue el resultado, lo destacable en mi opinión, la advertencia a los poderes del Estado de la importancia de que su nuevo Estatuto sea respetado. Y lo "menos positivo", la alta, altísima abstención, que recuerda al apoyo ciudadano que tuvo el último referendum legal catalán y que vuelve a dejar palpable el desapego de una importantísima parte de la sociedad de los mecanismos democráticos de los que nos hemos dotado.