En Oslo, el presidente del país mas poderoso del mundo habló no hace muchos días de la Paz, en un intento loable por fortalecer los valores que esta palabra conlleva en todos los rincones del planeta. Resultaba curioso escuchar o leer el mensaje del comandante en jefe del ejercito mas grande del mundo, tan grande que supera a los de todos sus aliados y no aliados juntos, defendiendo la paz. Me pareció esperanzador escucharle hablar de cooperación y de dialogo.
De sus palabras podía deducirse que, en su concepción de la política internacional, no cabe que un Estado pueda hacer lo que le venga en gana, es decir, que aquí, ni en Euskadi ni en ninguna parte del planeta, nadie es ni será "Independiente"*. En definitiva, la cooperación y la interdependencia entre pueblos y países es fundamental pasa asentar las bases de una verdadera PAZ.
Pero si la semana pasada el reto de hablar en Oslo tuvo como eje la paz, esta semana no lejos de allí, en Copenhague, el reto no es menor. Salvar el planeta. Mantener nuestra casa lo suficientemente habitable para que nuestros hijos puedan legar a los suyos un planeta con futuro. Y eso cuesta dinero. Mucho dinero para, aunque solo sea, mitigar los efectos del cambio climático y estimular las transferencias de nuevas tecnologías hacia los países emergentes. Pero parece que el acuerdo no está lejos. No será el mejor acuerdo soñado, seguramente solo será el mejor posible, pero menos da una piedra.
PD: * Independencia: Un concepto romántico del s.XIX, que simbolizaba la vieja soberanía de los Estados. Aquellos que sigan sacralizando esa palabrita solo pueden ser catalogados de "mendrugos políticos".