El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

jueves, 17 de diciembre de 2009

2320. Política y alcohol

Luis Solana ha publicado en su blog un artículo muy interesante, y que me atrevo a reproducir , en el que comenta de manera desenfadada la relación entre los dos elementos nombrados en el título. Sin duda, invita a la reflexión y  un análisis mas desapasionado del que hemos podido leer hasta ahora sobre el caso que comenta.



Hermann Tertsch 2
Poco a poco me voy enterando de un debate tan curioso como absurdo: un periodista se ha cogido una cogorza del siete y ha terminado en un hospital. Parece que, por motivos no bien explicados, le han dado una paliza al salir de un local de copas. Resulta que a ese periodista se le había identificado por un agresivo locutor de TV como una persona que había declarado que podría matar a alguien. Bromas aparte, el debate es tela marinera. ¿Se puede hacer política después de beber varias copas?

La cosa se las trae. Resulta que ese periodista noticiable es más bien conservador. O mejor dicho, recientemente conservador. Con una reacción que sólo se puede entender en una unidad de la Legión Extranjera, todos los medios escritos y hablados deciden que ese periodista entusiasta de la noche es una víctima de la izquierda. Está claro: le han ostiado por ser de derechas.
Debemos ir por partes porque la violencia me gusta más bien poco.
Tenemos a un periodista  de TV Madrid (podría ser de otra profesión y otra cadena) que anda pasado de copas a la hora del alba por una calle de Madrid. Tenemos a otra persona (locutor de La Sexta) que opina que ese periodista es un torpe al decir en una TV que se puede matar a alguien.
Sin que sepamos la razón, otros periodistas amigos del de TV Madrid, le da una mano de ostias al periodista de La Sexta.
Y se monta la de dios es cristo.
La derecha opina que es una agresión provocada por culpa de un programa de La Sexta. La izquierda se queda sorprendida del oportunismo de cierta derecha. Y nadie presta atención a los hechos.
Tenemos delante a un buen periodista que (posiblemente) se calzó más alcohol del que era capaz de admitir. Trabaja en TV Madrid. Tenemos a algunos personajes oscuros que tenían problemas personales con ese periodista por razones que nada tienen que ver con el periodismo. Y alguien decidió que había que darle al periodista una manta de ostias. Resultado: un  periodista de TV Madrid anda con con un par de costillas rotas.
Pero resulta que, después de ser un periodista con algo de alcohol, ese periodista era de derechas. Y se ha montado la de dios es cristo.
La derecha madrileña lo tiene claro: no, no, esa agresión no es el producto de una bronca tabernaria; es el resultado del odio que la izquierda tiene a la derecha.
Tener a un personaje de la derecha golpeado, ha sido siempre un activo impagable para la derecha. Porque siempre la culpa será de la izquierda.
No quiero que se me moleste la derecha española, pero eso ya lo puso en práctica la derecha alemana en los años treinta. ¿ Se me entiende?
Lo pido por favor: no mezcleis la política con el alcohol.
Este señor Herman Tertsch (de TV Madrid) que se molesta con el señor Wyoming (de La Sexta) que me diga cuánto alcohol toma antes de opinar; luego le cuento lo que yo bebo y después tenemos un debate.
Me parece muy buena idea que los ciudadanos sepan qué parte de la política es alcohol y que parte no lo es.