Ser nominado a los premios Enrique Padrós ha resultado ser un honor y una satisfacción que no se tiene todos los días. Sobre todo, viendo el nivel de las personas que completan la lista. Tengo que reconocer que el año pasado, cuando acudí acompañado de un grupo de bloggers a la entrega de los premios en un hotel bilbaíno ni se me pasó por la cabeza esta posibilidad.
Desde luego, no se me habría ocurrido presentar mi candidatura y tengo que reconocer que me sorprendí cuando vi mi nombre propuesto, así que me veo en la obligación de agradecer a la organización que me haya considerado candidato y, fundamentalmente, a los que me leen y comparten conmigo la opinión que reflejo en Erikenea, donde intento aportar mi granito de arena en la construcción de un país que tenemos que construir entre todos.
Así que, con la inyección de moral recibida, prometo seguir siendo fiel a mi cita, y seguir navegando por los innumerables blogs que visito asiduamente, y me permiten constatar la variedad de opiniones y puntos de vista que pueden darse sobre un mismo tema, tanto por aquí como por allá.
Y felicidades de antemano a los futuros ganadores.
Y felicidades de antemano a los futuros ganadores.