Hoy comienza en Londres una cumbre global que el primer ministro británico, Gordon Brown, convocó para hoy desde principios de año para tratar la radicalización islamista en Yemen, a raíz del atentado fallido en un avión con destino a EE.UU. perpetrado por un nigeriano que supuestamente había estado en ese país.
La conferencia, que cuenta con el apoyo de Washington y la Unión Europea (UE), se celebrará en paralelo a la que tendrá lugar sobre el conflicto en Afganistán. Parece ser que los objetivos de la cumbre londinense serían, entre otros, alentar esfuerzos para "ampliar la capacidad del Gobierno de aquel país" y facilitar ayuda humanitaria a las áreas con más riesgo de radicalización.
Desde mi punto de vista la solución al problema de la radicalización religiosa, que conlleva intransigencia y violencia, pasa por tener los estómagos sin meter ruido. La pobreza es el principal caldo de cultivo de los intermediarios de los dioses y teniendo las necesidades básicas resueltas las exigencias religiosas suelen distenderse.
El peligro de estas cumbres suele ser que olvidan este matiz e intentan solucionar los problemas enviando mas buques de guerra, tanques y soldados, en vez de escuelas, fábricas y hospitales. A ver si esta vez se dan cuenta.