Creo que será difícil que alguien esté en desacuerdo con el título inicial. El problema suele ser aterrizar con las ideas e intentar ponerlas en práctica. Es entonces cuando nos damos cuenta lo difícil que resulta conseguir poner de acuerdo a personas enfrentadas con odios imposibles de superar.
Pero la política obliga a tragar sapos, a sentarte en la mesa de negociación con gente que repugnas y a llegar a acuerdos que aunque en tu juventud los hayas catalogado como de cobardes o entregacionistas, la experiencia de los años y los golpes contra el muro deben de hacernos entender que a veces merece la pena probar nuevos caminos y nuevas alternativas. Ocurre, sin embargo, que muchas veces se mantiene la misma cantinela, aun a sabiendas de que no lleva a ningúna salida, para mantener ciertos privilegios personales o de clan.
Si Palestina aceptó ser territorio autónomo de su principal enemigo, el estado israelí, los saharauis del "frente" deberían plantearse la posibilidad de negociar la constitución de un "Territorio Autónomo Saharaui" que, aunque inicialmente dependiese oficialmente del rey amigo de D. Juan Carlos, se les abriría un futuro de posibilidades y una posible mejora inminente de la calidad de vida de su pueblo ahora impensables.
Así que abrir algún resquicio a la esperanza saharaui (y demás lugares del planeta donde se vive una situación similar) es uno de mis objetivos de este 2010