El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

viernes, 8 de enero de 2010

Deseo nº 8: Por la legalización de la prostitución

Resulta que tengo unos terrenos en primera línea de playa y que un promotor me paga un montón de dinero si se los vendo. No os he contado que soy un genio del balón y que me pagan millones si me apunto a cierto club de futbol. Soy una mujer muy guapa y por acostarse conmigo me pagan cantidades interesantes. Si consigo entrar en la sociedad de los ricos (estoy haciendo todo lo posible) ganaré millones; si no consigo esa meta andaré haciendo lo mismo que a los ricos pero a los pobres. Me llaman puta si fracaso en este empeño y me llaman “señora de” cuando las cosas me salen bien. Si tengo un activo y lo quiero poner en el mercado para que me rente ¿quién me puede criticar?

Hay mujeres (y seguramente también algunos hombres) que han descubierto que su capital es su belleza o su habilidad sexual o las dos cosas a la vez. Y quieren colocar esos activos en el mercado.

¿Pero quiénes somos los moralistas de turno para decir que se pueden vender unos bellos terrenos en Valencia frente al mar y no se pueden vender los tiempos maravillosos de una mujer (o de un hombre) haciendo el amor?

Esto del mercado del amor lleva tantos años debatiéndose, que me parece muy bien que se empiece a afrontar con sinceridad desde posicionas progresistas: la prostitución que molesta es la barata, la cara no inquieta a nadie.

Si yo quiero abrir un modesto negocio de ferretería en Castellón (es un ejemplo), igual puedo conseguir el apoyo financiero de la Comunidad; si quiero abrir un local donde unas señoras (o unos señores) quieren poner en rentabilidad sus condiciones físicas y sexuales, la cosa se complica un montón.

Hay normas para abrir una frutería o para abrir un restaurante ¿por qué no hay normas para abrir un negocio en el que se vende belleza o amor puntual?

Si no se acepta que los hombres (hoy fundamentalmente) y las mujeres (cadas día más) quieren comprar felicidad sexual a tiempo parcial o a jornada completa, es que no se acepta lo que nos pasa en la sociedad humana desde que la Historia es Historia.

Venga, moralistas, lo que ha existido siempre va a existir mañana también. Y la globalización lo va a convertir en algo más claro. ¿Por qué regulais la venta de frutas y no sois capaces de regular el mercado del sexo? Pues porque casi todos los legisladores han tenido siempre mala
conciencia con sus recuerdos del amor comprado.

Tranquilos, diputados, obispos, dirigentes, obreros, ya se que os da vergüenza hablar claramente de que un día comprasteis un amor que en ese momento necesitábais. No pasa nada, estamos en una economía de mercado.

Naturalmente que debería haber normas sobre seguridad y trasparencia en ese mercado como existen en el de las finanzas. Los chulos, como los especuladores, deben estar bajo control. Un tal Madof era un chulo del dinero: pues que otros como él sigan el mismo destino en el sexo.

Vamos a fijar algunas normas que den seguridad laboral a quien vende lo único que tiene: belleza y habilidad sexual. Venga, no os de vergüenza, que cosas de estas nos han pasado a todos y a todas alguna vez.

(Recogido del
blog de Luis solana)

Otro blog muy interesante sobre el tema : respeto para las prostitutas

Así que una defensa de la "legalización de la prostitución" es otro de mis objetivos de este 2010.