El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

jueves, 23 de septiembre de 2010

La solución de los estúpidos y cobardes: Matar al mensajero

Hossein Derakhshan, un joven iraní de 35 años, ha sido condenado a muerte tras el juicio al que fue sometido en Teherán a puerta cerrada. Así lo analiza hoy EL PAÍS en su sección de opinión. Conocido como Hoder, se le considera el mayor impulsor de los blogs en su país y no solo porque el suyo sea considerado un sitio de referencia, sino también porque tradujo al persa un programa que permitía que cada usuario de Internet pudiera fabricarse esta particular herramienta de comunicación. Al poco tiempo hubo cerca de 100.000 nuevas voces con sus flamantes bitácoras. A Hoder lo arrestaron en noviembre de 2008 cuando regresó a su país después de vivir ocho años en Canadá. Ahora lo han condenado, según ha trascendido, por "colaboración con Gobiernos enemigos, propaganda contra la República Islámica, blasfemia y creación y dirección de páginas webs vulgares y obscenas".



Mensajes por teléfonos móviles, correos electrónicos, comentarios en blogs, llamadas en las redes sociales: la revuelta contra el poder se produce en el siglo XXI gracias a las nuevas tecnologías. Así, por lo menos, se celebró la gesta de la oposición verde en Occidente. Antes del verano, Reporteros sin Fronteras hacía públicos unos datos demoledores: 170 periodistas y blogueros fueron detenidos durante el último año. Los Guardianes de la Revolución, el búnker que gobierna Irán, han extendido ya sus tentáculos a la Red. Condenar a muerte a Hoder no es más que otro signo de su temible deriva: silenciar como sea al enemigo. 

Las nuevas tecnologías han facilitado que la libertad de expresión y de comunicación salte con facilidad las caducas barreras de los censores oficiales de gobiernos y partidos políticos. Y eso, a más de uno, por allí y por aquí, les "jode un huevo". ¿A que sí?