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domingo, 19 de septiembre de 2010

A la vuelta de Garoña, apuntes sobre la energía nuclear en España


Tras la visita a la central, y después de una charla distendida con responsables de la misma y en un ambiente relajado y motero, quiero destacar algunos de los puntos que tanto "pros", "contras", "escépticos", "pasotas" y "no-saben-no-contestan" deberíamos reflexionar:

La nuclear es hoy por hoy la única alternativa “libre de carbono” operativa alcanzable que puede hacer frente a los combustibles fósiles y por tanto al calentamiento global. (Mientras unos y otros siguen sin ponerse de acuerdo sobre el nº de víctimas en Chernobyl, nadie habla de los centenares de miles de humanos que mueren cada año en el mundo a causa de la contaminación provocada por la quema de combustibles fósiles).

La energía producida en las centrales nucleares y la cadena de producción del uranio es la más ajena a la especulación debido al alto control ejercido por los estados.

Los residuos contaminantes de las nucleares son hoy por hoy los únicos que se almacenan y vitrifican impidiendo su dispersión libre a la atmósfera.


Buena parte de los residuos de las centrales nucleares pueden tratarse para volver a actuar como combustible. (Tengo que reconocer que esto lo desconocía hasta ayer y es un tema clave en este debate).

Estando Europa alejada de las zonas planetarias ricas en carbón barato, petróleo y gas natural, las nucleares suponen hoy por hoy la única oportunidad de librarse de la dependencia energética.

Los nuevos modelos de centrales nucleares han evolucionado tanto, que prácticamente detienen sola la reacción en cadena si se produce algún fallo en los circuitos de refrigeración. Garoña puede detener toda el "proceso" en tres segundos. Volver a la situación normalizada cuesta entre seis y diez horas.

Las subvenciones estatales para el desarrollo de centrales nucleares son prácticamente inexistentes en comparación con las renovables. De hecho en España, en virtud de la moratoria, ni siquiera se pueden construir más centrales.

Hoy por hoy, la opción más lógica para deshacerse de todo el plutonio de uso bélico acumulado por las potencias nucleares durante los años de la proliferación, es emplearlo como combustible en centrales nucleares.

Mientras todos soñamos con ese gran descubrimiento que haga más eficaces las fotovoltaicas, que permita que el hidrógeno se produza de forma barata y se almacene de forma segura, y que las mareas nos “mareen” con sus altas producciones energéticas; la única alternativa seria a los combustibles fósiles con la que contamos a día de hoy son las nucleares.

Ecologistas históricos como James Lovelock, o políticos como Felipe Gonzalez que antes impulsaron la moratoria, se plantean ahora reabrir el debate. 

Hoy en día, España necesita dejar claro el horizonte de la política nuclear española. No se puede estar jugando, o mediodecidiendo, que viene a ser lo mismo, con inversiones económicas tan importantes. Las empresas deben de tener claro el horizonte de los proximos años y ZP no termina de aclararlo. Tampoco Aznar lo hizo. Además, políticas tan importantes no deberían de estar sometidas a la opinión del político de turno, sino de instituciones arbitrales de reconocido prestigio internacional. Algo así como pasa con los coches. Guardando las distancias. Políticamente se podrá decidir que los vehículos deben de pasar una ITV cada x tiempo,pero la decisión técnica corresponde a los técnicos y una vez que estos han decidido, ningún político puede retirar mi coche de la carretera por decisión personal. Parece razonable. ¿no?

En la foto, aparezco en la "sala de mandos" con los dedos encima de los dos botones que, apretados al unísono, permiten paralizar la central. No lo he hecho. (Je, Je)


(Recogido parcialmente del blog de maikelnai)