Corrupción, chantaje, prostitución, y prepotencia.
Mucha prepotencia la mostrada a principios de esta semana
por el presidente italiano
que llamó para insultar en un programa en directo
de una de las pocas televisiones italianas que no controla.
Todavía recordamos como hace unas semanas
"compraba" los votos de algunos diputados de la oposición.
Y todo ello, en la Europa de la libertad y de la democracia
La clase política española parece "anglosajona" de toda la vida
si la comparamos con la del país de la bota,
donde un modelo de sociedad lamentable,
sin una izquierda moderada, ni una derecha democrática
suficientemente representadas en el parlamento.
Se comporta como un Hugo Chavez vestido de Armani,
que degrada la democracia, "bien relacionado" con la Mafia,
intenta una y otra vez amordazar a la prensa libre,
y responde con payasadas, chulerias y machistadas
ante una ciudadanía que mayoritaramente le ríe las gracias.
Después de tantos años, parece evidente
que la culpa de los esperpentos italianos la tienen,
entre otros, la ciudadanía que le vota y la que no vota.