Asier y Javier siempre suelen estar geniales, y en esta ocasión, también. Lo ocurrido hace una semana a la presidenta navarra, analizado desde un punto de vista ... distinto y con su dosis de humor necesaria:
Resulta relajante pasar de los artificieros a los reposteros. En esas anda Euskal Herria desde hace una semana. Y congratula que los únicos personajes públicos con tareas de riesgo sean los políticos con diabetes.
Por desgracia no estamos acostumbrados a estas acciones de protesta en las que el infractor se arriesga a una toñeja con multa, nada que ver con laDoctrina Parot, y la víctima lo es en la cuenta de la pelu, la tintorería y las risas del youtube.
Está mal eso de lanzar tartas a los personajes públicos. Pero hacía 50 años que se echaba de menos. Y jamás ha habido una revolución o un régimen que se hayan apoyado en el terror del tartazo. Ni monumentos o documentales destinados a mantener la memoria de sus destinatarios.
Los tartazos son, a su manera, símbolos de paz. Por cierto, alguien, debiera recibir 5 millones de tartazos después de que se hayan conocido los últimos datos de la Encuesta de Población Activa.