El Putin ruso no es comunista ni por asomo, y la América grande de Trump no es tampoco aquel país de las libertades del que tanto presumían.
Va camino de convertirse en una autocracia que impone la voluntad del presidente sobre todo, incluso sobre la justicia.
Ambos, Putin y Trump, son grandes colegas desde hace años, como hemos repetido algunos reiteradamente.
Y sus intereses no se dirigen prioritariamente al bienestar de sus ciudadanos.

domingo, 20 de mayo de 2012

Desde el baluarte del Bilbao Basket, preparando el "efecto miribilla".

¡Es posible!

Actualizado a las 14:45:
¡Fue bonito mientras duró!