El Putin ruso no es comunista ni por asomo, y la América grande de Trump no es tampoco aquel país de las libertades del que tanto presumían.
Va camino de convertirse en una autocracia que impone la voluntad del presidente sobre todo, incluso sobre la justicia.
Ambos, Putin y Trump, son grandes colegas desde hace años, como hemos repetido algunos reiteradamente.
Y sus intereses no se dirigen prioritariamente al bienestar de sus ciudadanos.

lunes, 7 de mayo de 2012

Europa, cal y arena

Hollande ha convencido al electorado francés con un programa progresista —promete una mayor justicia social— basado en los pilares de Europa, Educación y Empleo, que contiene 60 medidas para cambiar a la Quinta República.
Apuesta por dos grandes reformas: la fiscal y la bancaria y la renegociación del tratado presupuestario para añadirle medidas de crecimiento y estímulo es su gran iniciativa a escala europea. 
La medida más llamativa es el aumento de los impuestos hasta el 75% para los ingresos superiores al millón de euros. 
Además, aprobará los matrimonios homosexuales y una ley de eutanasia.



Sin duda somos muchos los que nos alegramos del triunfe de alguien que propone semejantes alternativas. 
No sé si podrá cumplirlas todas, pero proponerlas es el primer paso y, sin duda, ha conseguido ilusionar a una mayoria importante de europeos. La misma que contempla alucinada la fiesta de  la extrema derecha neonazi de Amanecer Dorado que ha logrado entrar por vez primera en el Parlamento.