El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

jueves, 17 de diciembre de 2015

El presidente indecente

Viendo lo mal que lo pasó Rajoy, su ausencia del resto de los debates se entiende mucho mejor. Si Rajoy sufre así con un debate a dos, imaginen cómo habría sido si se hubiese dignado a debatir con los demás.

El lunes el candidato del PP perdió los nervios. Se le notó: en la cara, en la pausa dramática y en la respuesta trastabillada e inconexa con la que contestó. Don Mariano Rajoy no está acostumbrado a que alguien, tan de cerca, le ponga en cuestión; que alguien le recuerde los sobresueldos, Bárcenas, Rato, Bankia, Granados, la Gürtel, la Púnica y su amnistía fiscal. “Hasta ahí hemos llegado”, respondió, con ese tono caciquil, con ese tic autoritario que siempre le sale cuando alguien le retrata como lo que es: un político indecente. Un presidente que tenía que haber dimitido un minuto después de conocerse los sobresueldos que cobró de Luis Bárcenas y los SMS de apoyo que le dedicó.