Ahora bien. De la misma manera que no se puede exigir que pidan perdón, no se debería ni hablar de redención de penas de quienes no dicen, por lo menos, arrepentirse de los asesinatos que hayan cometido, puesto que lo contrario me permite pensar que si no se han arrepentido, incluso les pueden haber cogido gusto al asunto y repetir cuando salgan.
Todo ello me lleva a no acceder a reducir penas ni seguir hablando del tema. Eso sí. Que se cumpla la Ley ... y punto. No hay más que hablar.