El Tribunal Supremo ha condenado al líder de Def con Dos, César Strawberry a una pena de un año de cárcel y seis años y medio de inhabilitación absoluta aunque uno de los jueces reconoce que no pasan de ser meros exabruptos sin mayor recorrido, que se agotan en sí mismos aunque, desde luego, sean francamente inaceptables, pero esto solo.
La condena de un año de cárcel a César Strawberry por seis tuits aleja el sistema penal español de Holanda, Suecia o Reino Unido, y lo acerca a Turquía, Ucrania o Marruecos. Nos hace peores. Nos degrada como país.
En la mayoría de los países democráticos, ni el mal gusto ni los excesos en la libertad de expresión se castigan con el Código Penal. No es que las injurias, las calumnias o los discursos de odio salgan gratis. Si tu libertad de expresión pisotea a la de otros y el ofendido te demanda, en la mayoría de los países democráticos te puedes enfrentar a una multa o a una indemnización, pero no a una pena de prisión.
Hay que irse a Turquía, a Rusia o a Ucrania para encontrar otras sentencias como las que acaba de firmar el Tribunal Supremo español.