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Otra cosa no, pero los terroristas suicidas suelen ser muy meticulosos. Nunca olvidan dejar bien a la vista un pasaporte, un DNI, un carné de conducir o cualquier otro documento acreditativo en el lugar de la masacre para facilitar la tarea de la policía que luego va a buscarlos.
Esta pequeña cortesía ahorra muchos trámites a las fuerzas de seguridad y permite que la orden de busca y captura salga engalanada con vistosas fotografías y todo tipo de datos personales.
En cuestión de una o dos horas después del atentado ya se sabe el nombre del autor, lugar de origen, marcas de nacimiento, familiares, amigos, novias, trayectoria personal, orientación sexual y gustos musicales.
Los detectives del CSI la investigación no suelen tener tanta suerte porque entonces cada episodio duraría cinco minutos.
Los caminos del Señor son inescrutables y los de Alá ni te cuento.