Llama la atención la coincidencia de todas las derechas en recalcar la importancia del cambio de bando, y de voto, del PNV.
La España constitucional de la que disfrutamos indica que al Presidente lo eligen los diputados/as. Y a Sanchez hoy, probablemente le votaran alrededor de 180. Y, como todos sabemos, cinco votos de ese partido valen lo mismo que cinco de otro. El tema es que al cambiar de plato a desnivelado la balanza. Esa es la novedad.
Lo que pasa es que cuando un barco se hunde, "algunos/as" saltan previamente y se cambian de nave. Nada que objetar. Otros se quedan, incluso tocando el violín o fumando un puro. Que no se piquen los que se hunden. Toda la vida ha sido así.
Al PNV se le puede adjetivar de muchas maneras excepto de tonto. Sabía que los catalanes iban a apoyar la moción. Se quedaba solo con las gaviotas corruptas y con el partido al que más teme, a los "naranjitos". Algo estaba mal si coincidía en los deseos con Albert Rivera. Era razonable que el partido que mas gasta en velas (A Dios, al Diablo, y a quien haga falta) oliese a putrefacción y se cambiase de acera.
Al PNV se le puede adjetivar de muchas maneras excepto de tonto. Sabía que los catalanes iban a apoyar la moción. Se quedaba solo con las gaviotas corruptas y con el partido al que más teme, a los "naranjitos". Algo estaba mal si coincidía en los deseos con Albert Rivera. Era razonable que el partido que mas gasta en velas (A Dios, al Diablo, y a quien haga falta) oliese a putrefacción y se cambiase de acera.