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jueves, 28 de junio de 2018

El circo ambulante catalán

elPeriodico.com
Escapadas a Bélgica, Suiza o Escocia, manifestaciones en Bruselas, persecuciones por las carreteras alemanas, rifirrafes en Washington... Qué duda cabe de que el soberanismo catalán ha logrado su objetivo de «internacionalizar el conflicto", pero al precio de convertir el 'procés' en un circo ambulante. 

El miércoles, los organizadores del Smithsonian Folklife Festival de Washington no daban crédito a lo sucedido en el acto de recepción de la edición de este año, con Catalunya y Armenia como invitadas. 

Cuando Quim Torra subió al atril para agradecer la invitación, sus palabras se tornaron dagas contra España, con su embajador, Pedro Morenés, escuchando atento desde la mesa presidencial. Al darle la réplica, el embajador Morenés quiso "corregir la propaganda del señor Torra" afirmando que en España no hay presos políticos, sino "políticos en prisión por violar las leyes", y que la mayoría de los catalanes no apoya la secesión. 

El 'show' de Washington empañó sin duda la imagen exterior de España, con dos representantes del Estado --Torra también lo es, a su pesar-- protagonizando en público una pelea de vecindario. Pero tampoco salió bien parada la reputación de Catalunya; y aún menos la de un 'procés' irrespetuoso y vocinglero. 

Quizá tanta gesticulación solo busque aplacar a los hiperventilados, pero tarde o temprano Torra deberá aclarar si en verdad está dispuesto a dialogar sin condiciones o solo busca otro portazo que legitime su negativa a transaccionar.