El refranero español acierta de nuevo: “El español piensa bien, pero tarde”. Se podía haber gobernado desde el 2015. Pero el no es no... aunque sí, permitió gobernar al partido instalado en la corrupción.
El partido putrefacto está compuesto por un gran entramado de peligrosos individuos que parecen buena gente; han sabido ganarse a militantes honrados, que los hay, y a una gran parte de la opinión pública que les ha dado el voto los últimos años, pero se les está desmoronando el pedestal de barro con las últimas sentencias al demostrar lo que son. Malversación de fondos públicos, blanqueo de dinero, prevaricación, clientelismo político, nepotismo en el funcionariado, inversión de nuestro dinero en nuestra contra, ...