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El inquilino del Palau de la Generalitat es el que Puigdemont ha querido. Y ha llegado en el momento decidido por Puigdemont. Y lo primero que ha hecho el nuevo 'president' es decir que el verdadero líder es Puigdemont. Y lo segundo, viajar a Berlín a rendirle pleitesía.
Como si dirigir un territorio a miles de kilómetros de distancia fuera lo más normal del mundo. Los diputados de la derecha nacionalista tragaron también cuando Puigdemont señaló con su dedo divino a Jordi Sànchez, preso en Soto Del Real, como si dirigir un territorio desde una celda fuera lo más normal del mundo. Después, los fieles a Puigdemont tragaron también cuando su líder señaló a Jordi Turull, horas antes de que este ingresara en prisión. Y eso que es una derecha con vocación de gobernar.
Que la derecha nacionalista cada vez más radical sea pseudo monárquica, por aquello de la elección a dedo del que sustituye al jefe, puedo entenderlo. Aunque solo actúen así los monárquicos y los fachas estilo Corea del Norte.
A los que no puedo entender es a los republicanos de verdad y mucho mas progresistas que sus actuales aliados de camino al abismo. Me refiero lógicamente a los de ERC. Ya es hora de que reaccionen y pongan orden en su propio país. Pero parece que han decidido que todavía no toca.