Hay que recordar que si Rajoy está en La Moncloa, aunque había otra posibilidad que en aquel momento encabezaba Sanchez, Podemos se hizo el loco y prefirió al notario gallego antes que al líder socialdemócrata.
En todo este tiempo que ha pasado desde aquel momento a nuestros días, las miserias, trapicheos y desfalcos del partido de Rajoy nos han acompañado en todos los desayunos.
Y por si fuera poco, ha aplicado un 155 que a todos los nacionalistas les ha producido desgarros, lamentaciones y profusas declaraciones de condena.
Rajoy volvía a estar contra las cuerdas, y si no sacaba adelante estos presupuestos, las elecciones volvían a acechar como amenaza a los que ahora se encuentran bien instalados.
Podemos no podía volver a apoyar a "M. Rajoy". Si lo del chalet es difícil de entender esto hubiese sido ya imposible. Hacía falta que en esta ocasión fuesen otros los que se "atreviesen" a mantener a las gaviotas al frente del país, además de los naranjitos supernacionalistas. Y no ha sido especialmente difícil encontrar a los nuevos salvadores del partido europeo más corrupto en la actualidad.
El PNV no ha hecho ascos a la oferta y con su política de "una de cal y otra de arena" (Aprueba los presupuestos en el parlamento de Madrid y el mismo día vota con Bildu en el parlamento de Vitoria veleidades nacionalistas poco creíbles pero que contentan a determinados sectores de su partido) ha vuelto a hacer sonreír a Mariano & Montoro.