Estos últimos días hemos presenciado dos hechos que simbolizan el cambio de ciclo en una Euskadi afianzada en la normalidad democrática tras el fin de la violencia de ETA y la disolución de la banda terrorista.
Pero el sorpresivo anuncio de la renuncia del PNV a que Iñigo Urkullu buscase, como probablemente era su deseo, un cuarto mandato como lehendakari, nos ha sorprendido a todos. Hubo quien me dijo que quería dejarlo por motivos familiares o personales, hubo después quien me comentó que lo del "partido del catalán huido" le había enfrentado a algunos alderdikides y, claro, una cosa es decir yo que me voy y otra que parezca que te echen. Probablemente solo ha recibido su propia medicina, pero creo que la mayoría vasca no esperaba que saliesen a la luz esos tejemanejes internos.
Gracioso y curioso.
elpais.com/opinion//cambio-de-ciclo-en-euskadi
Pero el sorpresivo anuncio de la renuncia del PNV a que Iñigo Urkullu buscase, como probablemente era su deseo, un cuarto mandato como lehendakari, nos ha sorprendido a todos. Hubo quien me dijo que quería dejarlo por motivos familiares o personales, hubo después quien me comentó que lo del "partido del catalán huido" le había enfrentado a algunos alderdikides y, claro, una cosa es decir yo que me voy y otra que parezca que te echen. Probablemente solo ha recibido su propia medicina, pero creo que la mayoría vasca no esperaba que saliesen a la luz esos tejemanejes internos.
Gracioso y curioso.
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Por otra parte la decisión de Arnaldo Otegi, el rostro más conocido de EH-Bildu, de no competir por el puesto cuando ambas formaciones pugnan, como nunca antes, por la primacía del nacionalismo vasco. esta renuncia, sin embargo, no creo que haya sorprendido a nadia. El "comandante" sabía que tenía que dar un paso atrás y seguir entre bambalinas. EH-Bildu ha hecho claros esfuerzos por ampliar el abanico de sus políticas y presentarse como un partido progresista e independentista más, pero, sin embargo, tiene pendiente una deuda crucial con todos los demócratas: el reconocimiento sin paliativos de que el terrorismo jamás tuvo razón de ser. Y eso todavía no lo hemos oído.
Pero además, ambos partidos acaban de firmar un detallado acuerdo para la legislatura a nivel de Estado y, aunque una victoria de los de EH-Bildu supondría un histórico revés para el PNV, esta podría no traducirse en que la aspirante aún por designar de esta coalición se siente en Ajuria Enea. Las elecciones vascas, campaña incluida, tendrán su eco en toda España. y aunque, en principio, sólo de Urkullu depende fijar la fecha, los próximos meses del año prometen.