Defendemos que el derecho al cuidado se reconozca como un derecho fundamental, y a partir de ahí empecemos la construcción de un sistema público comunitario. Una reivindicación que se lleva trabajando, por parte del movimiento feminista desde 2020, cuando, tras la pandemia, se reflexionó sobre los cuidados, el reparto de los mismos y su mercantilización.
Hoy estamos todos y todas llamados a parar y salir a la calle para reivindicar un sistema público y comunitario de cuidados, ya que los cuidados son responsabilidad de todo el mundo.
Los cuidados son algo transversal que nos toca a todos y todas en algún momento de nuestra vida, en cualquiera de sus vertientes, tanto material como inmaterial, cuando hablamos- por ejemplo- de los cuidados emocionales.
Por eso hoy, el llamamiento del movimiento feminista, que ha sido respaldado por los sindicatos, es pararlo todo menos lo que no se puede parar: los cuidados.