Esta es, precisamente, una de las peores aportaciones de la extrema derecha a la vida pública: la normalización del insulto, el esperpento y la demonización del adversario político.
Así quedo plasmado este domingo en el mitin de Vistalegre, convertido en un acto de adhesión a la política de Netanyahu en Gaza, un akelarre de la extrema derecha europea a la que Feijóo ha sido incapaz de criticar.
La criminalización se extendió a los inmigrantes en situación irregular y a colectivos como el feminista o las personas LGTBI+. Por eso, el PP hace mal en mirar hacia otro lado con respecto al agravio institucional a España en la persona del presidente del Gobierno.
Así quedo plasmado este domingo en el mitin de Vistalegre, convertido en un acto de adhesión a la política de Netanyahu en Gaza, un akelarre de la extrema derecha europea a la que Feijóo ha sido incapaz de criticar.
La criminalización se extendió a los inmigrantes en situación irregular y a colectivos como el feminista o las personas LGTBI+. Por eso, el PP hace mal en mirar hacia otro lado con respecto al agravio institucional a España en la persona del presidente del Gobierno.
El comportamiento de su presidente no representa a los argentinos, al menos eso quiero creer, pero él debe ser consciente del puesto que ocupa, no enturbiar la dignidad del cargo por un interés partidista —ni suyo ni de Vox— y pedir disculpas. Sabemos que no lo va a hacer.
Y no debe de salirle gratis.
Y no debe de salirle gratis.