La Unión Europea debería quitarle al Gobierno y a la televisión israelíes la posibilidad de usar a sus cantantes
para blanquear su imagen y proyectar al mundo un país moderno, inclusivo, tolerante y progresista.

viernes, 10 de mayo de 2024

Políticamente,
casi nadie quiere oponerse al Gobierno de Israel.
Económicamente,
al poderse "comprar votos", podría ganar.
Sería francamente repugnante.

Eurovisión debería de ser alegría, paz y diversidad.
Nunca el escaparate donde blanquear el genocidio del gobierno de Israel contra el pueblo palestino, con muerte, destrucción y odio.

El gobierno de Israel es incompatible con los valores que promueve el concurso y no debería participar.

Sara se ha dejado fotografiar junto el jefe de su gobierno, un hombre cruel, sanguinario y corrupto. No debería subir mañana al escenario. Sabemos que políticamente casi nadie quiere oponerse a las fuerzas fácticas judías del planeta. Y cantará como una más. Y ya el colmo sería que por temas económicos, porque el voto está, nunca mejor dicho, "comprado", gane el festival, Sería francamente repugnante.