El 25 de octubre de 1979 votamos 'sí' la mayoría de los vascos, yo entre ellos, en el referéndum del Estatuto de Autonomía: participación del 59% del censo y voto favorable superior al 90% (AP y HB solicitaron la abstención o el voto en contra directamente). elcorreo.com/opinion/
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La gran mayoría de la actual ciudadanía de Euskadi no participó, por razones de edad, en aquella cita. Los que tienen ahora menos de 63 años. Para esas personas, la autonomía, el autogobierno, es algo consustancial, lo han tenido prácticamente desde siempre.
A lo largo de estos 45 años, el Estatuto, lejos de debilitarse, ha ganado carta de naturaleza. Si en 1979 tanto AP como HB lo rechazaron, hoy sus epígonos, PP y EHBildu. son tan 'entusiastas' como el que más.
Es un 'milagro' de la institucionalización que comporta el Estatuto, que es, hoy, sin discusión, un punto de encuentro. Quienes hace solo 45 años discrepaban radicalmente (unos porque 'España se rompe' -¿les suena el estribillo?- y otros por todo lo contrario, por la 'sumisión al centralismo') hoy se presentan como protagonistas del autogobierno y algunos, incluso, han estado muy cerca de la Lehendakaritza.
Es decir, el resultado de acuerdos. De ahí mi insistencia en que el actual Gobierno PNV-PSE, cuando aclare a dónde quiere ir, haga un gran esfuerzo para incorporar al proceso de reforma tanto a EH Bildu como al PP.