Tal como recordaban ayer todos los periódicos, este fin de semana se cumplen 15 años de AVE. EL PAIS recuerda que a las 7.00 horas del 21 de abril de 1992, un día después de la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla, partieron dos trenes AVE de las estaciones de Santa Justa y Atocha. Tres horas más tarde, sendos ferrocarriles modelo S100, llegaban a sus destinos en Madrid y Sevilla, respectivamente. Irrumpía la alta velocidad en el sistema ferroviario español. 15 años más tarde, más de 41 millones de viajeros han utilizado esta línea desde su inauguración. La obra faraónica y el tren megalómano que nadie iba a utilizar, según ridiculizaron los máximos dirigentes del PP, ha cumplido "con creces", según el entonces ministro de Obras Públicas, Josep Borrel, la doble función por la que fue concebido por el Gobierno de Felipe González: "Ha anclado a Andalucía al progreso de España y ha cohesionado y vertebrado el sur pobre con el resto del país".En Euskadi hemos conseguido convencer a nuestros vecinos del norte y del sur de lo buena que era el proyecto de la Y vasca, un proyecto que ya ha comenzado a pasar del papel al cemento y que en unos años será una fantástica realidad. Pero como ocurrió entonces en España con el AVE y aquí un poco después con el Guggenheim y otros muchos proyectos que han ayudado a revitalizar nuestro País, sigue habiendo gente que a todo esto solo le ven pegas y ninguna ventaja. Los que decían que la autopista que une las provincias hermanas de Gipuzkoa y Nafarroa solo iba a servir para facilitar la entrada de los tanques de la OTAN, en el AVE vasco solo ven también maldades y perjuicios para el pueblo.
Solo una visión de la realidad mas relajada, menos tensa y menos crispada, les ayudará a entender la bondad de este futuro servicio para toda la ciudadanía.
