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jueves, 14 de febrero de 2008

Día de huelga. Día de la gente desamparada y desprotegida.

Una vez muerto el dictador, en este país ha seguido habiendo huelgas generales, fundamentalmente en la época de la transición, y algunas otras, posteriormente, con Felipe, cuando las famosas "regulaciones", y pocas mas.

Todas ellas, las convocadas por las fuerzas democráticas y "sus" sindicatos correspondientes, tuvieron una relación directa de "incidencia/"peso social" de fuerzas democráticas convocantes".

Pero lo que suele ocurrir en Sopelana no es "normal", entendido como "razonable", si nos atenemos a lo que las sucesivas votaciones democráticas nos revelan en relación a la opinión ciudadana.



Si el apoyo de la fuerza que realiza la convocatoria de huelga es de un 15% o un 20%, lo razonable sería pensar que, en general, cualquier tipo de convocatoria unilateral no reuniese mucho mas apoyo que la cifra anterior.

Podría darse el caso de que, casualmente, en lo referente a panaderos o taberneros, el porcentaje fuese "algo" mayor, por cualquier casualidad difícilmente explicable fuera del ámbito correspondiente pero, digamos, asumible y aceptable.

Lo que me empieza a no cuadrar es que en un municipio donde el porcentaje de población que apoya al partido convocante, digamos una vez mas que pueda rondar ese 15 o 20%, con la oposición del resto de partidos, digamos que el 85 u 80%, si el resultado de la convocatoria ronda el 90% me hace presuponer que algo funciona mal, y posiblemente sea que:

-Algunos, o muchos, de los cerrados lo habrán sido de manera absolutamente involuntaria.

-El miedo habrá influido en la balanza de muchos comerciantes que habrán preferido trasladar el día de cierre semanal y así evitarse problemas con el seguro. Lo escribo tal como me lo han contado.

-Las fuerzas del orden, sabedoras de las visitas que estos días previos han tenido los comerciantes, parece que también optaran por limitarse simplemente a acumular datos y a que la sangre no llegue al río.

-La prensa nos informará sin profundizar demasiado en el tema, de la notable incidencia de la convocatoria en determinadas zonas como Sopelana, y la muy escasa en otras, la gran mayoría. Y la vida, aparentemente, seguirá sin mayores sobresaltos.

-Y nuestros políticos parece ser que se lo toman como un mal menor, imposible de evitar, haciendo una importantísima dejación de su responsabilidad como motores y promotores de la respuesta ciudadana a la que el resto de los días tienen a bien decir que representan. Y así, hoy muchos comerciantes se sentirán simplemente desamparados, poco protegidos y mal representados. Eso sí, nunca desmemoriados.