Aunque este mundo hace tiempo que ha dejado de ser una caja de sorpresas y casi todo lo que acontece suele ser bastante previsible, de vez en cuando algunas guindas animan la rutina de lo cotidiano.
Un caso simpático ha sido el de la sorprendente "candidatura" a la presidencia de la Iglesia Católica Romana, personalizada en una mujer aparentemente progresista, comprensiva, comprometida y posiblemente representativa de una parte importante de miembros de dicha Iglesia en Euskadi.
Y curioso me ha parecido también el nombre del blog que representa o simboliza su movimiento en la blogosfera. Se trata de Iglesia 2.0 . Y la verdad, me ha producido una mezcla de sorpresa y simpatía que rápidamente se ha traído a la cabeza la palabra "incompatibilidad"
Y es que el termino "2.0" es la representación de la evolución en la web de las aplicaciones tradicionales hacia aplicaciones web enfocadas al usuario final. Es una actitud, y no precisamente una tecnología, sino una que implica escuchar y permite participar a la parte tradicionalmente exclusivamente receptiva. Es acercarse a la gente y crear a partir de ellos. Implica colaboración, implica preocupación por brindar mejores soluciones para el usuario final, y en este caso sería a sus creyentes y miembros de su iglesia.
Y hoy en día eso no existe. Puede estar bien el presentar una candidatura simbólica pero es lo mas parecido a intentar convertir en reptiles a los elefantes. No es imposible, el tiempo y las evoluciones biológicas permiten albergar todo tipo de esperanzas, pero no se si merece la pena esperar tanto o si es preferible abrir nuevos caminos paralelos.
Si suena "curiosa y sorprendente, pero muy poco probable" la presencia de elefantes en un congreso de reptiles, la presencia de simpatizantes de dinámicas "2.0" en la presidencia de la conferencia episcopal de la Iglesia Católica Romana no lo es menos.
Desgraciadamente no es la mencionada Iglesia la única organización a la que las dinámicas 2.0 le resultan incomodas, peligrosas y poco recomendables para mantener el actual status. Algunos también albergamos ciertas esperanzas de que, mas temprano que tarde, otras organizaciones mas temporales, mas mundanas, se acomoden también a las nuevas necesidades.