A tenor de las últimas declaraciones de los representantes de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana durante esta semana pasada, y en donde han perdido una maravillosa ocasión de estar calladitos, se me ocurren varias cuestiones, algunas de las cuales paso a relatar y otras las recojo del texto de Javier Ortiz :
¿Quién establece dónde termina el mero diálogo y empieza ya la negociación política? ¿La Conferencia Episcopal? ¿Dónde están las voces de los que sin dejar de autodefinirse católicos dicen en la calle que no comulgan con semejantes manifestaciones?
"Los señores obispos matizan: ellos no sostienen que sea moralmente reprobable dar el voto a un partido que haya “dialogado” con terroristas; lo inaceptable –dicen– es votar a un partido que haya “negociado políticamente” con terroristas. Se ve que sus eminencias estaban pensando en el Gobierno de Adolfo Suárez, que negoció la desaparición de ETA político-militar concediendo a sus integrantes contrapartidas políticas. Porque, que yo sepa, los demás gobiernos de España han hablado con ETA de todo un poco (en Argel, en Zúrich, en Bayona, en Escandinavia, en Santo Domingo…), pero sin llegar jamás a nada concreto.
Nos recuerda Javier Ortiz que tuvo en la pared de su despacho una vieja fotografía –muchos estudiosos de la Guerra Civil la recordarán– en la que se ve a varios generales y oficiales franquistas posando en la entrada de una catedral acompañados de unos cuantos obispos y clérigos que levantan el brazo (los obispos y los clérigos, no los militares) haciendo el saludo fascista. En total hermandad. Nadie puede acusar a la jerarquía católica española de entonces de haber negociado políticamente con una banda de golpistas criminales: se echó en sus brazos por puro amor, sin negociar nada. Pero, en cambio, el Vaticano sí negoció, y mucho, y muy políticamente, con las autoridades del III Reich. ¿Será inmoral votar a un partido que se lleva a partir un piñón con una Iglesia que negoció políticamente y colaboró con un régimen genocida?.
Javier Ortiz, en su colaboración diaria en Público, ha escrito el artículo en el que se basa este comentario.
Y luego además, simplemente un día como hoy, en un periódico tan poco sospechoso como EL CORREO, además de dedicar toda una página a la noticia del mensaje de la Conferencia Episcopal, te desayunas con que "un cura de Toledo prohíbe a un hombre salir de procesión por estar separado y vivir con otra mujer". Y digo yo, ¿Acaso la "futura reina Leticia" no está en las mismas condiciones? ¿Se puede ser más hipócrita? En la misma página 71, comentan que "un cardenal irlandés pide mantener en secreto documentos sobre abusos de curas pederastas". Las mismas voces que se rasgarán las vestiduras ante matrimonios homosexuales, métodos anticonceptivos, relaciones sexuales libres, divorcios, etc ... ¿ Se puede ser más ... ?
Ante todo esto, ¿Qué dice la Iglesia vasca? ¿Existe, diferenciada de la española? ¿Por qué no habla, y se distancia clara y contundentemente de semejantes mamarrachadas?
¿Puede y debe mantenerse vigente un Concordato con una entidad gobernada y dirigida por unos sujetos con una mentalidad así?