El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

miércoles, 13 de febrero de 2008

De acuerdo con Antonio Garriges Walker en que ...

Leyendo el periódico dominical me encontré con una entrevista a Antonio Garriges Walker, de quien hacia mucho tiempo no oía nada, y me he sorprendido a mi mismo coincidiendo con él en tantas cosas como paso a relatar.

-Vivimos en el país occidental que más ha cambiado, en cuanto a la estructura de su sociedad y sus valores básicos. Esto lo dicen la mayoría de las instituciones que hacen este tipo de estudios en muchos países.Tenemos derecho a estar especialmente satisfechos. Y si hemos hecho todo eso, podemos y debemos hacer muchas más cosas aún.



-Intentar negativizar la vida española actual me parece un error profundo. Aquí todo el mundo ha trabajado mucho y bien; si no, no estaríamos donde estamos

-En lo educativo, seguimos siendo un país de segunda y hasta de tercera en algunos aspectos. Y tenemos un déficit tremendo en lo tecnológico. La suma de ambos hace que el futuro sea problemático. Son dos déficits que la sociedad española debe afrontar y que se deben en parte al sectarismo y la radicalidad política que hemos vivido en los últimos tiempos. Si no los resolvemos, no seremos un país puntero.

-Tenemos que lograr que todos los grandes partidos, estatales o autonómicos, se den cuenta de que la polarización no es gratuita y generará grandes problemas.

-Despreciando o ninguneando a la tecnología y a la educación, estamos jugando con las cosas de comer. Mientras, lo que sucede en la vida política española es de una insólita pobreza intelectual mezclada con una demagogia insoportable.

-La culpa de la actual crispación recae en los partidos, que son quienes han polarizado cualquier debate y en la Iglesia, que tiene que refrenarse porque el debate religioso no puede afectar a la estabilidad democrática.

-Los líderes políticos tienen que recuperar como una obligación moral el optimismo. Ser pesimistas y repartir frustración está tirado, y si no tienen esa capacidad para transmitir optimismo y credibilidad ética, deben retirarse.

-Hablando de la emigración, no podemos pedir que vengan cuando nos interesa, que sean trabajadores, disciplinados y resignados, y se vayan de forma ordenada cuando deje de interesarnos. Aquí surgirán movimientos de tipo xenófobo o racista, como ha sucedido en otros lugares. No me preocupa demasiado mientras se mantengan en una dimensión muy reducida, igual que sucede con la extrema derecha o la extrema izquierda. Lo que tenemos que hacer es vigilar para que no crezcan, para que los auténticos demócratas no se dejen arrastrar por todo eso.

-La basura televisiva genera la idea de que por dinero se puede hacer cualquier cosa.

-La ciudadanía ya no acepta la injerencia de la Iglesia en la esfera social y política, y quiere ver la religión como algo que afecta a la conciencia íntima de cada uno.

-Los problemas de la democracia se corrigen con más democracia.

Una docena de ideas entresacadas de una larga conversación que me animan a mantenerme en la idea de que el País y el Estado en el que vivo tienen arreglo a poco interés que pongamos cada una de las partes. Aunque, de momento, haya que seguir "invernando".