El Bilbao Basket culminó ayer una etapa en la que la calificación deportiva al equipo solo puede ser de sobresaliente. Cerrar esta fase con 21 victorias pocos equipos lo han conseguido y no será fácil repetir las hazañas de esta año, aunque nos han acostumbrado a ganar y eso deja muy buen sabor de boca.
El lugar del evento de ayer, el BEC, permite doblar, y mas, el número de aficionados que sigan el partido desde las gradas, pero ayer quedó claro que la gente no anima igual, ni se siente igual de cerca del equipo, en una cancha que en otra. La de ayer es mucha mas fría desde el punto de vista de ambiente deportivo, mas gris, eso es indiscutible, el color es el color, y mucho mas oscuro. El espectador se sienta mucho mas lejos y es imposible olerles el sobaquillo. Todo lo contrario que La Casilla.
Y por otra parte, si normalmente la organización suele ser ejemplar, hay al menos un detalle que puede mejorarse de cara a próximas citas. Las entradas y salidas del parking podrían ser mucho mas ágiles si se pusiesen en funcionamiento todas las potencialidades del BEC para la ocasión. Es una lástima ver maquinas de parking apagadas y cerradas, mientras tienes que guardar cola en las habilitadas.
Pero estos detalles no empañan la satisfacción de una temporada en la que nuestro BB nos ha dado mucho de lo que el Athletic hasta última hora se ha negado. Esperemos que los "hermanos mayores, deportivamente hablando, rojiblancos" cojan un poco de envidia y luchen mañana también por visitar Europa la próxima temporada.